Ante la actual coyuntura de la pandemia y esperemos estar en el tránsito de una post pandemia. Las comunidades de aprendizaje en la escuela han “sufrido” (lo digo así porque desde mi posición de observador lo percibo como un crecimiento con dolor) cambios es sus estados personales, en sus relaciones y por consiguiente sus formas de aprender y procesar el aprendizaje. Para que todo ello pase, pienso y en ello es una opinión personal, Los equipos de gestión en la escuela deben estar predispuestos a la búsqueda de la realidad, ávidos de verdad. Al respecto de este apertura a la búsqueda de la verdad me encontré con Yepes Stork & Aranguren Echevarría (2003) quienes mencionan que la naturaleza del hombre se encuentra en la búsqueda constante de la realidad a través de su inteligencia, cuando esta confluencia se alcanza, se alcanza a la verdad. Y en la medida que avanzamos en ese conocimiento podremos profundizar y contar con un significado más amplio de esa misma realidad. Es decir, la búsqueda de la verdad y la profundidad del conocimiento de la realidad es inacabable. De ello, me pregunto: ¿Cuán importante es que los equipos de gestión de las escuelas sean equipos de investigación y directores de implementación de proyectos educativos acordes a las realidades particulares de cada escuela? ¿Cuáles son las dimensiones de la escuela que son importante tener en cuenta para dar inicio a las adaptaciones de proyectos educativos? ¿Nuestros equipos de gestión cuentan con la sistematización para la investigación e implementación de proyectos, para la medición y reformulación de los mismos proyectos en caso sea necesario? ¿Los procesos de cambio deben estar sujetos a límites coherentes que la misma naturaleza del hombre y de su convivencia nos dan? ¿ Cómo poder ser rigurosos con estos límites y no hacernos daño en ese interés por cambiar todo por la novedad?
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