¿Qué debemos tomar en cuenta en la educación? Un adelanto, mayores habilidades de la convivencia y trabajo colaborativos, no dejar el conocimiento solo por las habilidades, desarrollo de habilidades de análisis y comprensión dela información, desarrollo de capacidades para tomar acción y para mi personalmente el desarrollo de las humanidades.
Cristóbal Cobo (2016) pone sobre la mesa un tema que concierne también a la educación. Y esta es la relación entre los hombres y las máquinas.
Él parte de la premisa de que ambos (el hombre y la máquina) pasan por el proceso de almacenar información y aprender de la misma (refiriendose a la inteligencia artificial).
Por lo tanto ante las obvias desventajas que tiene el hombre en comparación con las máquinas en los procesos de almacenamiento de información y rapidez para acudir a ella desde la memória, formula la siguiente pregunta:
¿Cómo viene cambiando el sentido del aprendizaje y el valor del conocimiento para las personas en un mundo lleno de máquinas?
Ante esta pregunta la conferencia nos permite acercarnos a la respuesta. En ella, él indica, citando a Siemens, la importancia de no perder el foco en centrar siempre nuestras decisiones en la persona, es decir buscar a la tecnología como herramienta que contribuya y aporte a la humanización y por lo tanto no permitir reducir a las personas a datos y patrones predecibles de comportamiento para satisfacer una cultura consumista en donde nuestros datos sirven para la vigilancia, control y reemplazo de las personas.
Para ello, nos invita a trabajar por la educación, ya que la menciona como una de las mayores herramientas para reducir la exclusión que las innovaciones y los cambios en el mundo generan entre las personas que gestionan información y desarrollan conocimiento; y las que no. El primer paso para ayudar a estas personas es permitirles el acceso a la información, que puedan conocerla y ayudarlas a desarrollar competencias de comprensión de la información, ya sea escrita o hablada a través de diversos canales de acceso. Ya que en una sociedad como la actual mucha de la información a la que accedemos está alterada, modificada o fragmentada con el interés de manipular nuestras decisiones. Un ejemplo claro son las redes sociales y plataformas interactivas que potencian nuestro sesgo cognitivo (como son los de confirmación, efecto de desinformación, entre otros).
Para poder discriminarla y poder decantar en información apropiada y más cercana a la descripción de la realidad es necesario el desarrollo de habilidades que permitan un consumo crítico de la misma, así como también de valores que permitan a las personas a tratar a las otras como sus iguales en dignidad y reconozcan en cada una de ellas su singularidad.
References
Cobo, C. (2016). La innovación pendiente - reflexiones. Penguin Random House Grupo Editorial.
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